Francisco Tobajas Gallego
El pintor Zuloaga viajó mucho por los paisajes españoles en un primer coche descapotable Clement Bayard que, según se cuenta, le apedrearon los mozos riojanos de Briones, allá por 1903, cuando los coches eran aún cosa del demonio y las carreteras, caminos. El pintor vasco fue pionero de las excursiones, a las que tanto animó la Institución Libre de Enseñanza desde comienzos de siglo.
Zuloaga estuvo en Fuendetodos el 4 de mayo de 1913, para descubrir una lápida conmemorativa que se colocaría en la áspera fachada de mampostería de la casa natal de Goya. La esculpió Dionisio Lasuén, quien además regaló la piedra de mármol. A partir de este momento, todos los esfuerzos serían pocos para restaurar aquella humilde casa. A este proyecto se destinaría la recaudación de la antológica de Zuloaga, que se celebró en el Museo Provincial de Zaragoza en 1916.
En 1928 el SIPA (Sindicato de Iniciativas y Propaganda de Aragón) constituyó una Junta, que contó con el asesoramiento de Zuloaga, para la celebración del centenario de la muerte de Goya. Entre sus objetivos se estableció el cuidado y conservación de la casa natal de Goya. Para esta ocasión Zuloaga regaló a la Junta un trozo de la capa del pintor.
Por la casa natal de Goya en Fuendetodos pasan cada año, nada más y nada menos, que unos veinte mil visitantes, que animan y mantienen las actividades culturales y comerciales del lugar. Un importante recurso de desarrollo.
La casa natal del jesuita y escritor Baltasar Gracián, en Belmonte de Gracián, aun sigue en venta esperando a Zuloaga. Próximo a conmemorarse el cuarto centenario de su nacimiento en el año 2001, la Diputación de Zaragoza se interesó por ella, pero algunos años después, el 24 de septiembre de 2009, se inauguraría el Espacio Gracián, un pequeño centro de interpretación situado en la antigua casa del médico.
El Periódico de Aragón informaba el 18 de noviembre de 2018 la puesta en venta de la casa natal de Baltasar Gracián en Belmonte, en un artículo titulado «Historia de Aragón a bajo coste». En él se decía que varios particulares estaban interesados en su compra, pero pasado el tiempo, el cartel de se vende sigue en su fachada al día de hoy.
En esta casa residiría la familia Gracián y en ella nacería Baltasar Gracián. Su padre, el doctor Francisco Gracián Garcés había nacido en Saviñán en 1564. En 1589 ya debía ser aprendiz en casa del cirujano Miguel de Andua, con cuya hija, Mariana, contraería matrimonio en la colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud en 1592. El matrimonio pasó a residir en Saviñán, donde serían padres de dos hijas. A principios de 1595 la madre fallecerá de postparto y Francisco Gracián marchará de médico a Belmonte, con una hija de corta edad. En 1599 cobraba por su salario 2.700 sueldos anuales. El 21 de enero de 1597 contraería segundas nupcias en la colegiata de Santa María Calatayud, con Ángela Morales Torrellas.
En esta casa de Belmonte nacerían: Manuel en 1597, Magdalena en 1599, Baltasar en 1601 y Francisco en 1602. Este mismo año de 1602, Francisco Gracián sería contratado como médico por los jurados de Ateca por un periodo de seis años, con un salario de 5.600 sueldos jaqueses, pagaderos por trimestres, libre de contribuciones, pechas, zofras y hospedajes de soldados. Francisco Gracián debía visitar a los enfermos dos veces al día, a la mañana y a la noche, acudiendo a cualquier hora del día en caso de accidente. Podría ausentarse ocho días al año, poniendo un sustituto por su cuenta, debiendo pernoctar en el pueblo seis días a la semana, bajo pena de 20 sueldos. Este contrato se renovaría en 1605 por otro de doce años, hasta 1620, con una retribución anual de 5.760 sueldos. Allí nacerían los restantes hijos del matrimonio. Lorenzo sería bautizado en 1614.
Llevamos mucho tiempo proponiendo y reclamando una ruta graciana por los lugares propios de la biografía de Baltasar Gracián. Debería iniciarse en Saviñán, donde la familia Gracián, proveniente de Borja, se asentó a mediados del siglo XVI, y donde aún conservan su casa solariega, con escudo de piedra negra sobre la puerta, ejecutoria de infanzonía de 1777, que ratificaba otra anterior, y algunos documentos y protocolos notariales que recogen el devenir de la familia en este lugar.
En Belmonte se podría visitar la parroquia, la casa natal y el nuevo espacio dedicado al escritor. En Ateca pasaría Gracián su primera infancia, hasta que marchó con su tío Antonio Gracián a Toledo. Calatayud conserva también algunas estampas gracianas, como el Colegio de la Compañía de Jesús y la parroquia de San Andrés, a la que pertenecía la familia Gracián y donde fue enterrado Francisco Gracián. Esta ruta se podría ampliar y completar con la visita a los paisajes gracianos de Zaragoza, Huesca y Tarazona.
Para ello sería conveniente y necesario la compra de la casa natal de Gracián en Belmonte, colocando rótulos en la autovía, anunciando y promoviendo estos lugares y esta ruta graciana por excelencia, que sería un verdadero motor de desarrollo y de cultura para la zona, utilizando y dando a conocer la figura y la obra un escritor tan aragonés como universal.