Francisco Tobajas Gallego
El 23 de enero de 2019, en el Salón Multiusos del Ayuntamiento de Calatayud, tuvo lugar la presentación de un libro dedicado a los molinos de pólvora de Villafeliche, cuyos autores son Manuel Casado López y Luis Varga Aldana, editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos, en colaboración con el Ayuntamiento de Villafeliche. Los autores estuvieron acompañados por el alcalde de Villafeliche y el presidente del Centro de Estudios, quienes señalaron que se trataba de un libro necesario, con minuciosa investigación y bibliografía muy definitiva.
Parece evidente que la producción de la pólvora en Villafeliche sea de procedencia morisca, aunque el máximo auge se produjo entre 1747 y 1831, al estar integrada en las Reales Fábricas de Pólvoras del Estado. En 1764 se contabilizaban ciento sesenta y cinco molinos y en 1788, unos doscientos, que se situaban en hilera en un valle abrigado, junto a la acequia Molinar, ocupando unos 800 metros. Los molinos eran rectangulares, de unos seis metros cuadrados, levantados de mampostería y tejado a un agua. Alrededor de ellos se ubicaban almacenes, oficinas, puesto de guardia y edificios para la preparación de la pólvora negra, que estaba compuesta de una mezcla de salitre, azufre y carbón.
La Real Fábrica de Villafeliche compartió el abastecimiento de pólvora con otras Reales Fábricas asentadas en Granada, Murcia, Manresa y posteriormente en Pamplona y Ruidera. La de Villafeliche se diferenciaba del resto porque era de titularidad mixta. Los molinos eran de propiedad particular, la acequia era comunal y sobre la Corona recaía la gestión de la producción, el abastecimiento de materias primas y la concesión de licencias. Este modelo fue exportado a América y Filipinas, por su alta rentabilidad y bajo coste. En torno a la fabricación de la pólvora se desarrollaron otros oficios, como los alfareros, de gran tradición en Villafeliche, tejedores de lienzos, cereros, salitreros, carboneros y trajineros.
En 1830 una Orden de Fernando VII supuso el desmantelamiento de la maquinaria de estos molinos, comenzando su decadencia. Para la vía del ferrocarril se debieron expropiar cincuenta molinos. El último cerró en 1964.
Los molinos de pólvora de Villafeliche son Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto de Interés Cultural y Lugar de Interés Etnográfico, por Decreto de 13 de marzo de 2007, que fue publicado en el Boletín Oficial de Aragón el 23 de marzo siguiente.