CENTENARIO DE JUAN BLAS Y UBIDE, 1923-2023
Francisco Tobajas Gallego
Actividades. El Viernes de Dolores de 1886, se programó en los salones del Círculo un concierto sacro, encargando a los socios aficionados la confección de un programa. En la Junta General del 30 de mayo, el presidente recomendó a los socios su asistencia a la comunión general y a la procesión en la festividad de San Iñigo, que fue la primera que los socios lucieron la medalla del Círculo. La comunión tendría lugar a las siete de la mañana en Santa María. También debían asistir con la vela y la medalla a la procesión de la tarde, que acompañaría la Banda de Música La Unión. Por la noche se celebraría en el Círculo una velada musical-literaria.
En la Junta General del 5 de septiembre de 1886, el presidente anunció la inauguración de las conferencias semanales y la organización del Círculo por distritos parroquiales, nombrando juntas de distrito, para que visitaran a los enfermos y vigilaran a los socios. A iniciativa de Ortega, se pidió a la reina el indulto al reo Miguel Garcés. En la Junta Directiva del 8 de noviembre, se vio una invitación del vicario general, para asistir a los actos para ganar el jubileo universal del papa León XIII para aquel año y para que se asistiera en corporación a las visitas de las iglesias, los días 14 y 15 de aquel mismo mes.
En la Junta General del 1 de enero de 1887, el presidente informó que la prensa madrileña publicaba la conmutación de la pena a Miguel Garcés, como había solicitado el Círculo. Este mismo día, el secretario señaló la inversión de unos 11 000 reales, de los 17 502 reales ingresados, en gastos de la instalación del círculo, socorros a enfermos, festividades religiosas, veladas artísticas, sueldos del personal, gastos de escuela y secretaría. La Junta General acordó aumentar las suscripciones a revistas religiosas, fomentar la biblioteca y ampliar la enseñanza a música y dibujo. El presidente señaló su intención de mejorar el mobiliario y la compra de un piano o armonio.
El 8 de enero de 1887, el Diario de Zaragoza informaba de la llegada y de los actos celebrados en Calatayud, en honor de Valentín Gómez. Habían ido a esperarlo a la estación unas cuatrocientas personas, hospedándose en casa de Ortega. La tarde del día 7 se había celebrado en su honor una velada en el Círculo Católico. Lo había presentado Juan Blas y Ubide, que había elogiado al poeta, al paisano y al escritor católico. El periódico reseñaba que más de seiscientos asistentes habían aplaudido a Blas, Ortega, Muñoz, Bascones y Montón, que habían tomado la palabra, y a Valentín Gómez, que había pronunciado un discurso. A su término, había sido acompañado hasta su residencia, con antorchas y banda de música, por más de novecientas personas, que habían gritado vivas al poeta y a Zaragoza. Aquel mismo día se había anunciado la celebración de un banquete en su honor, de cuarenta cubiertos. En el libro de gastos, correspondiente al año 1891, se contabiliza la impresión de mil ejemplares del discurso de Valentín Gómez.
En la Junta General del 4 de septiembre de 1887, el Círculo se adhirió a la celebración de las bodas de oro del papa León XIII, contribuyendo con una limosna de 10 céntimos por socio, que se pondrían de los fondos de la sociedad. La fiesta de la Purísima Concepción de 1887 se celebró en el Sepulcro, pues entonces el local del Círculo se encontraba en su jurisdicción. En diciembre, el Círculo se asoció para celebrar el próximo 1 de enero el jubileo sacerdotal del papa León XIII, invitando a una velada a todas las sociedades religiosas que intervinieran en esta fiesta.
En la Junta Directiva del 28 de mayo de 1888, se acordó dar término a fin de mes a las conferencias de aquel curso y al cierre de las escuelas hasta septiembre. En la Junta General del 29 de junio, se acordó telegrafiar a Juan Soldevilla, felicitándole por su presentación para obispo de Tarazona. Este año se imprimieron cuatrocientos programas, con los actos de la festividad de la Virgen de la Peña y trescientos para la Purísima.
En la Junta General del 22 de abril de 1889, se acordó la adhesión del Círculo al Congreso Católico de Madrid, como ya había propuesto la Junta Directiva, nombrando representantes a Vicente de La Fuente y a Valentín Gómez. Se autorizó a la Junta para que eligiera a una comisión que saludara al obispo, después que tomara la posesión de la diócesis. También se propuso que los trabajos que encargara la Junta Directiva, los anunciara en subasta entre los artesanos del Círculo. Este año el Círculo conmemoró el centenario de la conversión de Recaredo.
El 26 de mayo la Junta Directiva acordó levantar un arco, para celebrar la entrada del obispo. Este arco dedicado al obispo ocasionó algunos gastos, que recoge el libro del Círculo. Lo levantó el albañil Badesa, corriendo la pintura a cargo de Rubio. El arco se decoró con adornos y faroles. En la Junta General del 13 de abril de 1890, el presidente dio cuenta de un donativo de 50 pesetas del obispo de Tarazona. Estos donativos se repetían periódicamente.
El Círculo se inscribió al Congreso Católico de Zaragoza, celebrado en 1890, que fue representado por su presidente. Meses más tarde se acordaría salir a saludar al nuncio del papa a la estación de tren, cuando pasara por la ciudad para asistir al congreso.
En marzo de este año se nombró pianista del Círculo a Tomás Castejón, con un haber de 20 reales al mes. En la Junta Directiva del 4 de mayo, se acordaría formar una banda de música, bajo el título de Santa Cecilia, para que amenizara gratuitamente las funciones del Círculo, comprometiéndose a cambio a cederles un local y luces para los ensayos. La Junta Directiva acordó el 8 de junio, la cesión del local a la Asociación de San Luis Gonzaga, para que celebrara una velada cuando lo estimara conveniente El 15 de junio se celebraría la festividad de la consagración del Círculo al Sagrado Corazón de Jesús. A finales de este mes, se daría la enhorabuena a Vicente de la Fuente Pertegaz, por la celebración de su primera misa.
En marzo de 1891 se celebraría una velada en obsequio al obispo, que visitaba la ciudad. En la Junta General del 29 de marzo, Larrosa se quejaba por lo poco concurridas que eran las cuatro comuniones generales, que fijaba el Reglamento. Por ello el presidente señaló que, en lo sucesivo, el secretario tomara nota de los socios que asistían a ellas, para exponer sus nombres en el cuadro de honor y así estimular la asistencia.
El 12 de noviembre varios socios pidieron la formación de un teatro moral recreativo, como tenían otros círculos. La Junta Directiva acordó que el consiliario y el presidente trasladaran esta petición al vicario general. Días más tarde, el vicario general señaló que la petición la hicieran llegar al obispo. El vicario invitó al Círculo, a salir el día 25 de noviembre a recibir a los padres misioneros, que serían invitados a la velada del 8 de diciembre. En la Junta del 15 de diciembre se informó que el obispo había concedido licencia, para poner en marcha el teatro moral recreativo, acordando la formación de un presupuesto para la construcción del teatro. El 29 de diciembre, la Junta Directiva señaló que el Círculo participaría con 440 reales, para pagar parte de los gastos ocasionados por el teatro. En el libro de gastos del Círculo se apuntaba el pago de 300 reales de dos decoraciones y del telón de boca, y de 440 reales de la subasta del escenario. En este libro se apuntaba también el desembolso por tocar el arpa dos noches de diciembre.
En la Junta Directiva del 31 de enero de 1892, se acordó solicitar al vicario general la designación de tres sacerdotes, para que impartieran las conferencias dominicales. En la del 21 de febrero se invitó a los socios, para que los días de carnaval, hicieran vela a Jesús Nazareno, en las cuarenta horas que tendrían lugar en San Juan.
En 1892 el Círculo se suscribió al Congreso Católico de Sevilla y en 1893 al Congreso Eucarístico de Valencia. La noche del 12 de octubre de 1892, el Círculo celebró una velada en conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América. En la Junta General del 16 de octubre, se informó que el abad de Santa María, Benito Gimeno, había sido nombrado nuevo consiliario del Círculo, por dimisión de Justino del Amo, debido a problemas de salud. En diciembre se sortearía una barra de mazapán, para recabar fondos.
En la Junta General del 1 de enero de 1893, se acordó que el presidente y consiliario del Círculo se pusieran de acuerdo con el vicario general, para llevar a cabo una queja por la apertura de una capilla protestante en Madrid.
En la Junta Directiva del 17 de febrero, se acordó que, para las veladas del Círculo, se llamaran a los músicos de las capillas de Santa María y del Sepulcro, prefiriendo a los que fueran socios.
En la Junta General del 16 de abril, el presidente expuso que, según el artículo 31 del Reglamento y para fomentar el trabajo y la economía, la Junta Directiva podría acordar, si lo consideraba conveniente, la creación de una Caja de Ahorros, para que los socios pudieran hacer imposiciones voluntarias, redactando un reglamento especial. Para ello se acordaría celebrar una Junta General extraordinaria. En la Junta General celebrada el 1 de enero de 1894, se informó que desde aquel día quedaba abierta la Caja de Ahorros, pero en la Junta Directiva del 29 de enero de 1899 y por orden de Jesús Marco, el tesorero entregó los fondos que guardaba de la Caja de Ahorros, que fueron devueltos a los imponentes, por disolución de la sociedad.
La Junta Directiva del 17 de septiembre de 1893 la presidió el P. Vicent, que era director de los Círculos de Obreros y del Consejo Diocesano de Valencia. La sesión se abrió y se cerró con las oraciones reglamentarias y de costumbre. En ella se acordó la conveniencia de participar en la peregrinación a Roma, formando una comisión organizadora, compuesta por el presidente Félix Sanz de Larrea y por el consiliario Benito Gimeno. Este nombramiento se dio cuenta al Consejo Nacional. En el libro de gastos del Círculo se anotaba el realizado en el mes de diciembre, de cervezas y otros géneros, el día de la conferencia del P. Antonio Vicent. También se anotó el gasto de una cajeta, para la recaudación de fondos para la peregrinación a Roma. Esta peregrinación de 1894, llevaría a Roma a 18 500 obreros, para gradecer al papa León XIII la publicación de su encíclica Rerum Novarum.
En 1894 el Círculo socorrió con los fondos sobrantes, a los socios destinados al ejército de Melilla. A finales de septiembre se tuvo noticia de la llegada del obispo, tomándose el acuerdo que la Junta Directiva fuera a esperarlo a la estación de tren, pasando al día siguiente a visitarlo al palacio. También se le invitó a una velada, para lo cual, el Círculo siempre enviaba un carro o carretela.
El 28 de mayo de 1895, la Junta Directiva acordó celebrar el día de San Iñigo en las Salesas, con la consagración anual al Sagrado Corazón de Jesús. La velada de septiembre se retrasó, para que la presidiera el obispo. Para recabar fondos, la Junta Directiva acordó el 3 de febrero de 1896, el sorteo de una imagen de taller de San José. Esta rifa se repitió en años posteriores. El 24 de abril la Junta Directiva nombró a Valentín Gómez, para que representara al Círculo en la Asamblea de Madrid del 14 de mayo.
En 1896 se procedió al arreglo del teatro y del jardín. En la Junta General del 10 de enero de 1897, se explicó que el gasto contabilizado en esta reparación, se refería al licor y al café consumido en las obras de teatro, pues el arreglo del jardín lo habían llevado a cabo varias personas sin cobrar nada.
En 20 de febrero de 1898, la Junta Directiva acordó que las conferencias dieran comienzo los domingos de Cuaresma, a cargo de los eclesiásticos designados por el vicario general. La velada con motivo de la festividad de la Virgen de la Peña, se suspendió por ocupaciones de la feria y por las circunstancias por las que atravesaba la patria. El 28 de octubre la Junta Directiva trató que algunos socios apostaban en los juegos más dinero que marcaba el Reglamento. Por ello se acordó que el conserje inspeccionara las mesas.
En la Junta General del 8 de enero de 1899, se agradeció al socio mosén Cándido Vera, el haber tomado a su cargo la dirección de la parte dramática del teatro, reorganizando la compañía y formando otra de niños, habiendo presentado un gran número de piezas dramáticas y de entretenimiento. El 23 de noviembre de 1899, la Junta Directiva concedió 10 pesetas a los socios del teatro, que lo habían solicitado para reparar los telones y comprar obras de teatro modernas.
En la celebrada el 4 de noviembre de 1906, se acordó enviar al director de El Noticiero una protesta por la ley de asociaciones. Este mismo día, la Junta Directiva acordó abrir el teatro y que el socio Mariano Lozano confeccionara tres o cuatro barbas para los cómicos, cuyos gastos cubriría la sociedad teatral. En diciembre continuaban las conferencias y las funciones de teatro. En la del 7 de diciembre, la Junta Directiva acordó ceder el salón de juntas a Julio Seco, que lo había solicitado para dar lecciones de guitarra, con la condición que fueran solo para los socios.
El 2 de febrero de 1908, la Junta Directiva eligió compromisario por votos a José María Bascones, para que asistiera en Zaragoza a la elección de vocales en el Instituto de Reformas Sociales. Aquel año se acordó donar a la tómbola un libro de la vida de la Virgen.
En la Junta General del 6 de enero de 1909, Lozano propuso colocar en el salón del Círculo los retratos de Benito Gimeno y de Vicente de la Fuente, en señal de agradecimiento, por sus trabajos a favor de la sociedad. Esta propuesta fue aprobada por unanimidad, con la candidatura que había propuesto la Junta Directiva para el Instituto de Reformas Sociales.
El 6 de marzo de 1910, tendría lugar en el Círculo Católico un mitin contra la apertura de las escuelas laicas, con varios discursos a favor de la enseñanza religiosa. El 24 de junio, la Junta Directiva protestó por la política antirreligiosa del gobierno, que no había enviado a la Acción Católica a Madrid. La Junta General del 5 de julio acordó pintar el decorado del teatro, comprometiéndose la sociedad dramática a contribuir con alguna cantidad, para los gastos de albañilería.
En la Junta General del 10 de enero de 1915, Marco se comprometió a costear dos faroles, para acompañar al estandarte en el rosario de la Virgen de la Peña.
Con motivo de la entrada del obispo a la diócesis, la Junta Directiva acordó el 5 de mayo de 1918, organizar una velada literaria musical, levantando un arco con dedicatoria y emblema. En la Junta Directiva del 9 de mayo, Antonio Bardají dio cuenta de la visita efectuada a los párrocos, acompañado del secretario, que habían ofrecido su apoyo moral y material, para las obras de acción social católica que estableciera el Círculo. Igual respuesta habían recibido del vicario general. Para ello se nombró a una comisión de régimen interior y otra para preparar la velada por la entrada del obispo. Antonio Bardají y José María de la Fuente, como ejecutores testamentarios de Félix Sanz de Larrea, señalaron que disponían por esta vía de algunos bienes, para clases de enseñanza en el Círculo.
El 26 de mayo, la Junta Directiva nombró una comisión para invitar a Juan Blas y Ubide, primer presidente del Círculo, para que participara en la velada literaria dedicada al obispo, con motivo de su entrada oficial. Pero Juan Blas se excusó, pues no se lo permitía su delicado estado de salud. El 29 de septiembre, la Junta Directiva propuso organizar una sección artística, formada por jóvenes del Círculo. Para ponerla en funcionamiento, se nombró director a López Landa y jefes de escena a José María Pérez y Ceferino Lasheras.
En octubre de este año se pintaron y decoraron los salones del Círculo, con la intención de que estuvieran bien saneados, debido a la epidemia de gripe. La Junta Directiva del 15 de diciembre acordó que la tómbola fuera inaugurada el próximo día 25, invitando a los donantes, y que se instalara un cinematógrafo, para amenizar la estancia en los salones de las señoras y señores, los días de exposición en la tómbola.
En la Junta Directiva del 25 de enero de 1919, el presidente señaló la brillantez de las funciones teatrales, las sesiones de cine y las exposiciones en la tómbola. En la Junta General del 9 de febrero se constató que, desde la entrada de la nueva Junta Directiva, el 5 de mayo de 1918, los socios se habían duplicado.
Socorros. En la Junta General del 30 de mayo de 1886, se informó que se había comenzado a dar socorros de reglamento a los socios enfermos. La Junta Directiva debía dar cuenta de casos semejantes. El 29 de junio la Junta General acordó que, desde el 1 de enero de 1887, el socorro se elevaría a 4 reales diarios. Pero debido al buen estado económico del Círculo, la Junta General celebrada el 1 de enero de 1887, acordó subir el socorro a 1 peseta diaria, durante los primeros cuarenta días. Entre cuarenta a cien días el socorro sería de 3 reales y de 2 reales de cien días en adelante, siempre que los fondos lo permitieran.
En 1890 se acordaría dar socorro a los socios enfermos, desde el día que la familia entregara la certificación médica de la baja. Este año se socorrieron a treinta y cuatro socios. En 1894 se acordó no conceder socorro al socio que se inutilizara en día de fiesta. En 1895 Ena señaló que si no se podía pagar 1 peseta diaria a los enfermos, debido a la mala situación económica del círculo, se rebajara a 2 reales, como se había pagado anteriormente.
La Junta General del 10 de mayo de 1906 acordó que, para cobrar el socorro, se debía presentar antes la certificación médica que acreditara la enfermedad. Si la enfermedad fuera crónica, no se tendría derecho al socorro. Los enfermos no podrían salir de casa sin conocimiento de la Junta Directiva, avisándole cuando lo indicara el médico por curación. Si los enfermos salían de casa, se darían de alta y no cobrarían el socorro. Los enfermos de cirugía que pudieran salir de casa, no entrarían en las tabernas ni cafés, hasta que fueran dados de alta. Tampoco podrían acudir a sitios de recreo, ni pasar el día en el campo. Si concurrían a los salones del Círculo, no podrían tomar parte en los juegos. En caso contrario se les daría de alta, cesando de cobrar el socorro. El enfermo que se ausentara de la ciudad no cobraría el socorro, mientras estuviera fuera.
En diciembre de 1910, después de socorrer a un socio enfermo, como marcaba el Reglamento, se le siguió entregando alguna cantidad, para ayuda de su enfermedad. Otros enfermos donaban al Círculo el haber de algunos días de socorro. En 1918 quedó suspenso el socorro a los socios, debido a la situación económica de la sociedad.
Enseñanza. El 28 de marzo de 1886, la Junta Directiva acordó invitar a sacerdotes y socios que ejercieran una profesión científica, para que se inscribieran como profesores, señalando las materias que quisieran impartir en las escuelas nocturnas, informando a los socios que no supieran leer ni escribir la apertura de la matricula. En la Junta General del 30 de mayo se comentaron las dificultades, que habían impedido la apertura de la escuela por falta de local, habiendo limitado los beneficios de la enseñanza a las conferencias semanales. Si había socios suficientes que deseaban recibir primera enseñanza, se organizaría inmediatamente la escuela, a pesar de lo avanzado de la estación. El 28 de junio, la Junta Directiva acordó abrir la escuela el próximo 1 de julio, bajo la dirección de Román Montón, con una gratificación de 100 reales al mes. En la celebrada el 8 de noviembre, se acordó abonar desde ese mes a la Sociedad de San Vicente de Paúl, la mitad del alquiler del local destinado a escuelas de esa sociedad, que utilizaba el Círculo, y la compra de algunos utensilios para la enseñanza.
En la Junta General del 17 de abril de 1887, el presidente informó del estado de la escuela de primera enseñanza y de la clase de Dibujo, indicando la idea de hacer obligatoria el próximo invierno la primera enseñanza, a los socios que no supieran leer ni escribir. En la celebrada el 4 de septiembre se acordó cerrar las escuelas, hasta conseguir un local a propósito. Las escuelas se abrirían el 1 de diciembre, nombrando maestro al socio activo Macario Sanz, con 25 pesetas al mes.
El 27 de febrero de 1888, la Junta Directiva acordó la apertura de las clases de Dibujo y Música, la primera a cargo de Mariano Blasco y la segunda a cargo de Francisco Pascual, con un haber mensual de 10 pesetas. Por aumento del gasto del alumbrado, se acordó asignar al conserje 30 pesetas al mes, siendo de su cuenta el alumbrado de las escuelas y clases especiales. La celebrada el 16 de septiembre acordó abrir las escuelas de primera enseñanza y la clase de Música, a cargo de los mismos profesores que el año anterior, invitando a Mariano Blasco para que impartiera la de Dibujo. Las conferencias se inaugurarían en octubre, invitando a varios sacerdotes y seglares, para que se turnaran en este trabajo.
La Junta Directiva celebrada el 17 de febrero de 1889, autorizó al maestro para que impusiera un correctivo a los alumnos que cometieran faltas en el local. La celebrada el 9 de junio, dado el aprovechamiento de los alumnos en las escuelas nocturnas, acordó premiar a cinco que presentaría el profesor Sanz. El 13 de octubre, la Junta General acordó que el próximo día 15 se abrirían las escuelas nocturnas de primera enseñanza y de Música.
La Junta Directiva celebrada el 25 de mayo de 1890, acordó establecer la escuela de solfeo, con 40 reales al mes para el profesor. Aquel año se compraron mesas para las escuelas nocturnas, que se abrirían el 2 de noviembre, a las siete de la tarde. Una semana más tarde, la Junta Directiva suprimiría la plaza del maestro de Música y el día 30 se restablecería la clase de solfeo.
El 19 de abril de 1891, la Junta Directiva acordó que, a final de aquel mes, se cerrara la escuela nocturna por falta de alumnos, debido a las ocupaciones de la estación. En la Junta General del 4 de octubre, el presidente informó que en la primera quincena del mes se abriría la escuela nocturna, siempre que hubiera suficiente número de socios matriculados. Señaló que, el año anterior, la escuela se había abierto con más de treinta alumnos, pero al cabo de un mes solo acudían seis o ocho. Para el 15 de noviembre de aquel año estaba prevista la apertura de las escuelas y de la clase de Dibujo Lineal.
En la Junta General celebrada el 1 de enero de 1893, el presidente Félix Sanz de Larrea mostraba su satisfacción, por la asistencia de socios a las escuelas y a las conferencias dominicales dirigidas por sacerdotes, apartándose de la senda de los malos vicios y las malas doctrinas, que tanto daño hacían a la clase obrera. También agradecía a Vicente García Albericio las clases de Dibujo nocturno, que ofrecía gratis. El 17 de febrero, la Junta Directiva acordó obsequiar al profesor de dibujo, Vicente García Albericio, por el interés puesto en la enseñanza de aquella materia.
En la Junta Directiva del 4 de enero de 1894, Justo Navarro comentó la acción de algunos alumnos, que se habían dado de alta en el Círculo al comienzo de las clases y de baja a su término. Entonces se acordó que si pedían el alta de nuevo, se le exigieran dos o tres mensualidades anticipadas.
En las Juntas Directivas celebradas el 24 de septiembre y el 14 de octubre de 1896, vistas las condiciones deficientes del local, se acordó buscar otro más espacioso, para albergar las escuelas nocturnas. En la celebrada el 7 de noviembre, el presidente informó que, con la ayuda del notario Marcelino Ena, había conseguido para local de las escuelas y del teatro recreativo, el arriendo del piso principal de Alejandro Heredia, con un pago anual de 450 pesetas.
En la Junta General del 3 de octubre de 1897, se acordaría la apertura de la escuela nocturna, pues el nuevo local reunía condiciones, siempre que el número de alumnos llegara a doce.
El 17 de enero de 1906, la Junta Directiva acordó establecer la escuela de Dibujo, a cargo de Mariano Rubio. Por acuerdo de la Junta Directiva celebrada el 4 de noviembre, esta clase se abriría de nuevo el 15 de ese mes, a cargo del mismo profesor, ocupando la habitación contigua al gabinete de lectura. Rubio cobraría 6 reales por persona, si asistieran diez alumnos o menos, 5 reales hasta quince alumnos y 4 reales de quince alumnos en adelante. Se acordó adquirir láminas de dibujo, para que los alumnos pudieran lograr mayores adelantos.
En 1910 y 1911 se acordaría abrir las escuelas para los socios y sus hijos, siempre que lo permitieran los fondos del Círculo.
En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud, celebrada el 13 de agosto de 1913, se leyó una carta de Jesús Marco, presidente del Círculo Católico de Obreros, en la que interesaba al alcalde para que gestionase el establecimiento en la ciudad de una Escuela de Artes y Oficios, que sería beneficiosa para la clase obrera. Por unanimidad, se acordó elevarlo al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, recabando la ayuda del diputado a Cortes y demás personalidades. En la sesión del 20 de agosto, se aprobaría la exposición dirigida a este Ministerio, que sería recomendada al ministro por el diputado Maura. El 4 noviembre de 1914, el concejal Lafuente proponía que el ayuntamiento subvencionase un local, para instalar una academia de Dibujo. Marco y Carrau consideraban más positivo crear una escuela de Artes y Oficios, pasando el aviso al diputado del distrito. El 31 de julio de 1918, Alejandro Gargallo y tres personas más solicitaban al ayuntamiento la creación de una Escuela de Artes y Oficios, con profesores retribuidos y el necesario material de enseñanza. Pero el 7 de agosto, las Comisiones de Hacienda e Instrucción Pública desestimaron esta proposición. En la sesión del 4 de octubre de 1922, Clemente expuso la necesidad de instalar en la ciudad una escuela de Artes y Oficios para la enseñanza de la clase obrera.
En la Junta Directiva del 9 de mayo de 1918 y gracias al legado de Félix Sanz de Larrea, que había nombrado ejecutores de su testamento a Bardají y José María de la Fuente, se acordó abrir una academia de Contabilidad General, Francés y Dibujo a comienzos de octubre. Pero debido a la gripe, se decidió aplazar su apertura. En la Junta Directiva del 24 de noviembre, el presidente propuso que el 1 de diciembre comenzaran a funcionar las clases de Dibujo, a cargo de Mariano Rubio, y de Contabilidad, a cargo de Pedro San Nicolás y de León Clemente, como auxiliar. Se aprobó que el 1 de enero dieran comienzo las clases de Francés, debido a la desaparición de la gripe, pero estas clases no se impartieron, por ser incompatibles con las que ya tenían lugar, pues los alumnos preferían asistir a las que ya funcionaban. En la celebrada el 15 de diciembre, se informó que a las clases asistían gran número de socios. También se acordó informar a los labradores, de las conferencias agrícolas que iban a impartir Gayán y Machín. En la Junta General ordinaria del 9 de febrero de 1919, el presidente propuso entregar premios a los alumnos que más se distinguieran en las clases de Dibujo y Contabilidad.
Documentos consultados:
Archivo Municipal de Calatayud (AMC), Caja 1-13.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1913-1914, Sig. 153.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1914-1915, Sig. 154.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1918-1919, Sig. 158.
ESTARAN MOLINERO, J. (2010): «Aportación del catolicismo social en Aragón a la educación popular (1857-1923)», Participación Educativa, nº extra 1, 91-107.