Darío Pérez y la fiesta homenaje a la nujer bilbilitana

Francisco Tobajas Gallego

            Darío Pérez fue el promotor de esta fiesta homenaje a la mujer bilbilitana en septiembre de 1924, quizá influido por el estreno de la película La Dolores, de Maximiliano Thous, basada en el drama de Felíu y Codina. El 5 de abril de este año, el semanario bilbilitano La Justicia anunciaba el próximo estreno de esta película en El Coliseo Imperial de la ciudad.

Darío Pérez intentó preparar una Fiesta de la Dolores para los Juegos Florales de 1896, debido quizá al éxito de la ópera de Bretón, estrenada en el teatro de la Zarzuela de Madrid el 16 de marzo de 1895. Desconocemos el proyecto que Darío Pérez tenía en mente y lo que pudo saber de él Sancho y Gil, quien publicó un artículo en La Justicia el 17 de octubre de 1895, en el que señalaba que se trataba de una fiesta dedicada a la Dolores de Bretón.

En una carta dirigida a Víctor Balaguer, fechada en Zaragoza el 22 de octubre de 1895, Sancho y Gil le comentaba: Quieren en Calatayud el año que viene hacer una magna representación de la Dolores, convirtiendo la Plaza de toros en Teatro, la cual representación habrá de terminar con la coronación de Bretón. Para hacer atmósfera a favor del proyecto quiere La Justicia publicar las opiniones de determinadas personas. Yo me he permitido dar la mía, según verá en el adjunto recorte, y me he comprometido a gestionar una carta de V. expresiva de su opinión, para publicarla en las columnas de aquel periódico.

Darío Pérez había pedido a Sancho y Gil su parecer sobre esta idea que nos cupo el honor de ser los primeros en expresar. Sancho y Gil se adhería al proyecto, confesando a Darío Pérez que había dado en el blanco. Refiriéndose a Bretón, escribía: El gran maestro debe ser coronado en el año próximo en esa ciudad por ella [su ópera], representada en su Alcalde. La fiesta de la Dolores debe ser celebrada cual usted la ha concebido. Nobleza obliga. Un acto de justicia convertido en manifestación de la gratitud, honrará siempre, a la vez que a la justicia y a la gratitud, a la individualidad o a la colectividad que lo ejecute.

Sancho y Gil aseguraba que si había una Dolores de Bretón, antes había habido otra de Felíu y Codina, con quien Calatayud estaba en deuda, proponiendo un homenaje para el dramaturgo. Darío Pérez también estaba de acuerdo en homenajear a Felíu. Darío Pérez escribió a Víctor Balaguer el 23 de octubre de 1895, participándole que La Justicia se honraría publicando una carta de tan ilustre literato.

A pesar de todo, este proyecto no se llevaría a cabo, pues en ningún momento de la fiesta de los Juegos florales de 1896 se hace referencia a él, ni viene reseñado en los periódicos consultados.

El 30 de abril de 1924, Darío Pérez publicó un artículo en Heraldo de Aragón, titulado La Dolores del cantar, donde escribía: Y esta copla pretende marcar con fuego de descrédito a una nobilísima ciudad de Aragón, de nombre Augusto por fuero de su historia y por timbre de la honrada, de la fuerte, de la austera mujer bilbilitana.

El diario ABC de Madrid publicaba el 19 de junio las bases de esta fiesta literaria. El periódico señalaba que, basándose en el cantar Si vas a Calatayud…, Felíu y Codina había forjado el argumento de su drama La Dolores, que luego había llevado Bretón al pentagrama y más tarde a la película que circulaba hasta en los más humildes pueblos. Darío Pérez, en su artículo publicado en Heraldo de Aragón, había protestado de esta falsa leyenda que la copla popular había extendido por el mundo entero, proponiendo la reparación de la mujer bilbilitana y aragonesa. El Ayuntamiento de Calatayud había acogido con entusiasmo esta iniciativa, nombrando a una comisión para que organizara esta fiesta homenaje. Estaba compuesta por el alcalde Antonio Bardají, presidente, Ramón Ortega, Francisco Lafuente, José María López Landa, Cipriano Luis Aguilar, Wenceslao Bruno Muñoz, Ramón Herrero, José Llanas y José Francia, vocales. Lorenzo Gaspar, secretario, y Andrés Félez, vicesecretario.

Las bases firmadas por el alcalde Antonio Bardají el 1 de junio, otorgaban un premio de 500 pesetas a un cantar de cuatro versos, que desvirtuase la copla infamante. También se premiaría con un objeto de arte a una colección de doce cantares aragoneses, alusivos al fin de la fiesta. Otro objeto artístico premiaría un trabajo literario  de autor aragonés, alusivo a la fiesta que se celebraba. El plazo de admisión terminaría el 15 de agosto. Los trabajos debían ser originales e inéditos.

Esta fiesta homenaje organizada por el Ayuntamiento de Calatayud, produjo una discusión en la prensa. La mayoría de los periódicos la juzgaron inoportuna y sin motivo. El director de El Regional, Justo Navarro, aplaudía al iniciador de la idea y a los que la habían acogido. Sin embargo Manuel Casanova, desde las páginas del Diario de Avisos de Zaragoza, publicaba el 23 de junio un artículo, donde escribía que esta fiesta iba a producir una avalancha lírica y patrioterilla. Consideraba que Felíu y Codina no merecía que su memoria fuera execrada por este hecho, pues no era justo atribuirle una intención de ofensa. No creía que esta fiesta pudiera satisfacer a la mujer bilbilitana, porque no la precisa, como no hacen falta a su honra estos cantos pasionales, ciegos, hiperbólicos que la amenazan; porque nunca se está más cerca de caer en la ofensa, en la verdadera ofensa que por el camino desbocado, sin espíritu ponderado y justo, de la adulación.

El mismo Darío Pérez recogía en sus memorias redactadas al final de su vida, que aquella iniciativa sería criticada por una parte de la prensa, que llegó a insultarle, aunque aplaudida por la prensa seria y patrocinada por el Ayuntamiento de Calatayud. Incluso se le atribuyeron fines electorales, pues ya votaban las mujeres. Este lapsus de Darío Pérez ya fue puesto en evidencia por Mariano Amada, pues las mujeres no pudieron votar hasta las elecciones de 1933.

El 2 de agosto de 1924, el diario ABC señalaba que el anuncio de la fiesta en homenaje a la mujer bilbilitana, había sido comentado en toda España, con las más opuestas opiniones. El diario consideraba que estaban en un error los que pensaban que los bilbilitanos estaban enojados con Felíu, pues le habían invitado a presidir los primeros Juegos florales, celebrados en 1893. Consideraba que la fiesta, lejos de ofender a Felíu y a Bretón, iba a avivar gratos recuerdos en muchos bilbilitanos, admiradores de ambos.

En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud celebrada el 18 de agosto, el alcalde señaló que el día 15 había recibido un telegrama de la escritora Concha Espina, en el que aceptaba la invitación de ser mantenedora de la fiesta homenaje a la mujer bilbilitana. Se le contestó con otro telegrama, agradeciéndole su actitud.

El 27 de agosto, ABC informaba que una comisión del Ayuntamiento de Calatayud había visitado al gobernador civil, invitándole a presidir la fiesta literaria, que se celebraría en homenaje a la mujer bilbilitana. También señalaba que se habían recibido miles de cantares, que serían examinados por un jurado compuesto por García Arista, Mariano Baselga y Genaro Poza. Las fiestas las iba a presidir la escritora montañesa Concha Espina. También se iban a celebrar dos corridas de toros, lidiándose ganado de Concha y Sierra y de Vicente Martínez, para los diestros Chicuelo, Marcial Lalanda y Villalta.

La fiesta tuvo lugar el día 12 de septiembre en el Coliseo Imperial. Al día siguiente ABC informaba que el teatro había estado lleno a rebosar. Los palcos se habían adornado con mantones de Manila y el escenario con guirnaldas y plantas. En el centro destacaba el trono, en el que figuraban los escudos de Calatayud y Santander.

En la presidencia habían tomado asiento el alcalde, Antonio Bardají, García Arista, Ortega, Bruno, Aguilar, Lafuente, Llanas, los concejales venidos de Santander y el vicario general, Valentín Marco. También estuvo presente el secretario del Centro Aragonés de Santander. Como se trataba de una fiesta dedicada a la mujer, se había designado para presidirla a la escritora Concha Espina de la Serna.

El secretario de la comisión leyó la memoria de la fiesta, elogiando al director del diario ABC, Torcuato Luca de Tena, por dotar con otras 500 pesetas el premio a la copla ganadora. Se habían recibido once mil trescientos trabajos.

El alcalde, precedido de los maceros, salió a buscar a Concha Espina, quien entró en el salón, mientras la orquesta interpretaba una marcha triunfal,  acompañada de su corte, compuesta por las señoritas bilbilitanas María Luisa Mediano, Carmen Górriz, Carmen Melendo, Felipa López Gutiérrez, Pilar Herrero y Carmen Lafuente.

Varios artistas de la compañía de María Palou, que actuaba unos días en Calatayud, leyeron varios trabajos, entre otros los de Fernando Castán Palomar, Blasco Ibáñez, hermanos Álvarez Quintero y Matheu. A continuación se interpretó el pasodoble del Maestro Marquina titulado La mujer bilbilitana, escrito expresamente para este acto. María Palou leyó el trabajo de Concha Espina titulado Mensaje a Calatayud y honores que la ciudad augusta rinde a las mujeres aragonesas.

El jurado declaró desierto el premio a la copla que desvirtuase a la de la Dolores, pero recomendó otra que llevaba por lema Para ti, España. Al abrir la plica se encontró otra cuarteta, que devolvía al pueblo la autoría de la copla del cantar. A continuación, la Banda de Ingenieros, dirigida por Pascual Marquina, interpretó la página musical Una noche en Calatayud, compuesta por el maestro Pablo Luna. Lucrecia Arana cantó la copla premiada, a la que siguieron insistentes aplausos.

En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud celebrada el 15 de septiembre, se consignó el júbilo de la ciudad el día anterior, por haberse adjudicado la subasta del ferrocarril Calatayud-Ontaneda a Guillermo W. Solms. Asimismo quedó constancia del banquete celebrado en la Casa Consistorial, para agasajar a los representantes de Santander. El alcalde de Calatayud tuvo el honor de entregar a Concha Espina el Real Despacho, por el que el rey le había concedido la Banda de María Luisa.

En la sesión del 29 de septiembre el alcalde informó de su viaje a Santander, donde había sido invitado para asistir a un banquete, organizado por aquel ayuntamiento, en honor a la comisión gestora del ferrocarril Calatayud-Ontaneda. El alcalde propuso que, para cumplir los acuerdos adoptados en este banquete, se nombrara al rey alcalde honorario de la ciudad, y que fuera colocado el busto del ingeniero Ramón de Aguinaga en la estación del ferrocarril Calatayud-Ontaneda, como testimonio de gratitud por su actuación en pro de este ferrocarril. El alcalde también informó que había recibido un telegrama de W. Solms, donde le comunicaba haber constituido la sociedad para la construcción de este ferrocarril.

El secretario de la comisión organizadora de la fiesta homenaje en Calatayud, Lorenzo Gaspar, devolvió las 500 pesetas al director de ABC, quien decidió convocar un nuevo concurso. Las bases aparecieron en este periódico el 12 de octubre y en ellas se anunciaba que podrían tomar parte en este nuevo concurso, todos los autores de coplas que hubieran concurrido o no al de Calatayud. El jurado, del que formaba parte Darío Pérez, se reunió el 6 de enero de 1925, acordando por unanimidad conceder el premio a una copla que se presentó con el lema No hay mancha donde no hay delito, de la que era autor Vicente Ramírez Payá, maestro nacional de Castalla, Alicante.

Documentos consultados:

Archivo Municipal de Calatayud, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, Sig. 163.

La fiesta de La Dolores (calatayud.org) [Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2022]

SÁNCHEZ PORTERO, A (1998): La Dolores. Algo más que una leyenda, Zaragoza.

Esta entrada ha sido publicada en Noticias y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.