«Era una noche de setiembre de 1836, cuando en pobre vehículo viajaba de Aragón a la Universidad de Alcalá de Henares: el estado de los caminos era inseguro, y las facciones, que cruzaban a veces aquella carretera, salteaban las diligencias y quizás perdonaban a los carruajes más modestos.»
Desde niño, Vicente, demostró unas buenas cualidades para el estudio por lo que sus padres le procuraron una esmerada educación. No existiendo en aquel momento en Calatayud una institución educativa digna de mérito, en 1824 estudió en el colegio de los Escolapios de Daroca :“los padres que tenían deseo de dar a sus hijos alguna mayor instrucción tenían que mandarlos a los escolapios de Daroca. En 1827 nos llegamos a reunir allí seis de Calatayud”. Posteriormente, Vicente de la Fuente, estudió en los escolapios de Zaragoza y de allí pasó al Seminario de Tudela, lugar donde obtuvo su primera tonsura (entrada a un posible estado clerical) en el año 1829.
En 1831 consiguió el grado de bachiller de filosofía por la Universidad de Zaragoza, y en ese mismo año, ingresó como becario en una antigua institución de gran renombre lejos de tierras aragonesas: el colegio de San Ciriaco y Santa Paula o colegio de Málaga de Alcalá de Henares donde comenzó estudios de Teología y se licenció en 1837.
Vicente de la Fuente tuvo el triste mérito de ser el último graduado en aquella antigua universidad cisneriana ya que, los nuevos tiempos, exigían un traslado de dicha institución a Madrid; nace así la que sería la nueva universidad literaria o central, con sede en la Villa y Corte.
En aquel tiempo, y con sólo 20 años, nuestro protagonista fue elegido rector de ese antiguo colegio menor de Málaga, institución que intentó salvar de su decadencia y de un destino predecible ya que fue cerrado en 1843, año en el que don Vicente, además, comenzó su actividad docente.
- Descargar Los españoles pintados por si mismos (Volumen 1) (Volumen 2) de la Biblioteca Digital Mundial.