CENTENARIO DE JUAN BLAS Y UBIDE, 1923-2023
Francisco Tobajas Gallego
En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud celebrada el 22 de julio de 1908, se leyó un oficio del gobernador civil, que trasladaba otro del ministro de la Gobernación, en el que se informaba que, aceptada la excusa presentada por Pedro Chueca Barranco, para continuar desempeñando el cargo de alcalde del Ayuntamiento de Calatayud, el rey había nombrado nuevo alcalde a Juan Blas Ubide, concejal del mismo.
A continuación, Juan Blas saludó a sus compañeros de corporación, haciendo constar la sorpresa por su nombramiento, que no había solicitado. Señaló que se proponía continuar con la misma política que había seguido siendo concejal: la política bilbilitana, para lo cual pidió el apoyo de sus compañeros en bien de la población, cuya prosperidad debía procurarse a todo trance. Solicitó un voto de gracias para el alcalde saliente, por su provechosa gestión al frente del municipio. Todos los grupos de la corporación se ofrecieron a colaborar, en todo lo que resultara beneficioso para la ciudad. Juan Blas agradeció este gesto, pidiendo que los concejales asistieran a las sesiones y a las comisiones, poniendo por encima de todo el interés del pueblo.
López Ruiz aseguró que no eran ciertos los rumores, que achacaban a la minoría republicana la salida del alcalde. Señalaba que los republicanos habían sufrido desconsideración al constituirse el nuevo ayuntamiento, pues estaban en ventaja con respecto a Chueca, aunque se habían limitado en cumplir con su deber. Chueca agradeció la conducta de los republicanos que, desinteresadamente y hallándose en mayoría, se habían conducido correctamente y habían prestado su apoyo a la presidencia, trabajando todos por hacer administración, no política.
A continuación fueron asignados los cargos que ostentaba Juan Blas, de regidor síndico y componente de las Comisiones de Hacienda, Paseos y Arbolado, e Instrucción Pública, Comisión especial de Festejos y vocal de la Junta Local de primera enseñanza.
Gestiones de alcaldía. Juan Blas siempre se mostró solícito a las indicaciones de sus compañeros de corporación, tomando buena nota de sus propuestas.
En la sesión celebrada el 29 de julio de 1908, el alcalde informó de las gestiones practicadas en cuanto a higiene y salubridad públicas, complaciéndose de la buena acogida del vecindario al bando de alcaldía, pues las prescripciones anunciadas se habían cumplido en su totalidad. Para ayudar al público en la limpieza de las calles, había asignado a dos individuos que, con carretillos construidos para este objeto, se encargarían de recoger de la vía pública las basuras, transportándolas a una distancia conveniente de la ciudad. Se le había asignado a cada uno un haber diario de 0,50 pesetas, adjudicándoles el estiércol. Como el alcalde no tenía fuerza para obligar a los vecinos a blanquear las fachadas de las casas, proponía que el ayuntamiento acordase hacer esta invitación, para poder dirigirse a todos los propietarios, como así se acordó.
El 2 de septiembre Juan Blas señaló que se había comprado un retrato del rey Alfonso XIII. El 30 de septiembre informó que se había recibido el título de la concesión de la medalla de oro, del Centenario de los Sitios de Zaragoza, a favor del alcalde, habiendo adquirido una medalla de oro chapeado, al precio de 20 pesetas. El alcalde confió que tenía el propósito de organizar el archivo municipal, instalándolo ordenadamente en el local que ocupaba el negociado de Estadística. Consideraba conveniente la fundación de una biblioteca popular, que podría instalarse en el salón pequeño de sesiones, con los volúmenes existentes y otros que podrían solicitarse a particulares y a la Biblioteca Nacional, quedando así acordado.
El 18 de noviembre el alcalde señaló que se habían terminado las obras, para la instalación de las aguas potables en el matadero público. El 30 de diciembre se acordó la prórroga del contrato de alumbrado público, con la Electra Marcial por cuatro años, con el voto en contra del alcalde, que pretendía que fuera por solo un año, con la intención de estudiar y modificar el contrato, por otro más favorable para la corporación.
El 3 de febrero de 1909 se autorizaba al alcalde, para que representara al ayuntamiento en la firma de la escritura pública del contrato, con el concesionario de aguas potables, Enrique Bordons. Las obras para el abastecimiento de aguas potables a la ciudad, según la concesión otorgada por la superioridad, habían dado comienzo el 11 de febrero de 1901, según una información de Enrique Bordons, que se vio en la sesión del 8 de febrero de ese mismo año.
El 3 de marzo Juan Blas anunciaba que, en breve, se recibiría el título de Hijo Adoptivo de Calatayud, a favor de Gabriel Maura, teniendo que trasladarse a Madrid la comisión municipal, para su entrega y para gestionar varios asuntos de interés para la población. El 17 de marzo se designó a una Comisión, para que expresara al alcalde el sentimiento de la corporación por el fallecimiento de su hermana. El 24 de marzo el alcalde daba cuenta del anunciado viaje a Madrid, para entregar a Gabriel Maura el título de Hijo Adoptivo y para llevar a cabo otras gestiones oficiales. El 21 de abril se aprobaba un pago a Ricardo Oñate de 6 pesetas, por tres fotografías del cuadro dedicado a Gabriel Maura, y 500 pesetas a Félix Lafuente, por el título de Hijo Adoptivo.
El 2 de junio se leyó una comunicación del Ayuntamiento de Zaragoza, trasladando un acuerdo de la corporación del 17 de febrero, por el que se había concedido al alcalde de Calatayud el uso de la medalla de oro de la ciudad, por su cooperación en las fiestas del primer Centenario de los Sitios. La corporación agradeció la deferencia.
El 27 de enero de 1909, la Junta Municipal de Sanidad ya había presentado un presupuesto de 5500 pesetas para establecer un laboratorio público en la ciudad y el 23 de junio, y a propuesta del alcalde, se acordó habilitarlo en un local de la administración del matadero.
El 30 de junio se acordó el pase a la Junta Municipal de Sanidad, de una petición hecha por Francisco Pujol Valls, que había solicitado la instalación en Val de Hurón de una fábrica de guano químico-orgánica. La fábrica se autorizó en la sesión del 14 de julio. Pero el 11 de agosto, varios vecinos se quejaron del olor nauseabundo que provenía de la fábrica de guano, de la carretera de Daroca, que podría deberse al olor de los animales que se descomponían, sin que el ácido sulfúrico los hubiera destruido por completo, dudando que la fábrica cumpliera con las condiciones exigidas por la ley sanitaria. El 18 de agosto, el alcalde informó que el dueño de la fábrica de guano había desaparecido de la población.
El 14 de julio el alcalde comentó que Alberto Martín Costea, notario archivero de la ciudad, había solicitado que se le facilitara un local para instalar el archivo notarial. Para ello se acordó autorizar a la Comisión de Obras, para que designara el local más adecuado en la Correa o en el Hospital municipal. El 21 de julio Chueca, como presidente de la Comisión de Obras, señaló que se había asignado un local en la Correa, que reunía condiciones.
En la sesión del 4 de agosto, Marco se quejó porque el alcalde había mandado sacar unos colchones del hospital y había comprado lana, menospreciando así a la Comisión de Beneficencia. Juan Blas señaló que había obrado dentro de sus atribuciones, pues las comisiones municipales tenían carácter informativo, nunca ejecutivo, facultad que correspondía al alcalde. López Ruiz se mostró conforme con Marco, pero el alcalde insistió en su parecer, no mereciendo por ello, según dijo, elogio ni censura.
El 24 de noviembre, Ballesteros informó de la aparición de restos humanos en la Plaza de la Comunidad, al llevar a cabo excavaciones para la plantación de árboles, pidiendo su recogida e inhumación.
Ferrocarril. En la sesión del 5 de agosto de 1908, Juan Blas informó que los alcaldes de Calatayud y Soria habían elevado al ministro de Fomento una exposición, suplicando el anuncio del concurso para la presentación de proyectos del ferrocarril estratégico Calatayud-Soria-Burgos. También dio cuenta de su viaje a Zaragoza, donde había visitado al gobernador y gestionado asuntos de interés, relacionados con las próximas ferias.
El 3 de noviembre de 1909, Mochales pidió que se gestionase de la Compañía del ferrocarril Central de Aragón, el establecimiento de un tren rápido de Calatayud a Valencia y viceversa, que podría enlazar con los de la línea de Madrid, con beneficios para ambas regiones. Quedó acordado que la alcaldía escribiera a los alcaldes de Daroca, Teruel, Segorbe, Sagunto y Valencia, invitándoles a que prestaran su apoyo a esta idea y, si lo creían conveniente, solicitaran una reunión de representantes de aquellos ayuntamientos, que podría celebrarse en Teruel. El 15 de diciembre se informó que solamente habían contestado los alcaldes de Daroca, Valencia y Segorbe, acordándose escribir de nuevo a los alcaldes de Teruel y Sagunto. La contestación del alcalde de Teruel se vio en la sesión del 29 de diciembre, donde mostraba su entusiasmo con la petición del tren rápido. A propuesta de Mochales, se acordó esperar a la constitución del nuevo ayuntamiento, para señalar la fecha de la reunión en Teruel, que podría tener lugar el próximo enero, designando para ello a una comisión. El 1 de enero de 1910 se constituiría el nuevo ayuntamiento, con el nombramiento de Juan Ballesteros Juberías como alcalde.
Obras, carreteras y servicios. En la sesión del 29 de julio de 1908, el alcalde informó a los concejales de la necesaria mejora del ensanche del postigo de las Tenerías y de sus gestiones con el dueño de la casa que iba a ser expropiada. La corporación acordó el abono de 3000 pesetas a su dueño, en papel de la Deuda Municipal al 5%. El 5 de agosto, a indicación de Juan Blas, se autorizó a la Comisión de Obras para la redacción de las bases, para la contrata de las obras de ensanche del postigo de Tenerías y su adjudicación, previo concurso. También quedó autorizada para tratar con el otro propietario de la finca que debía ser expropiada, así como del precio y forma de pago. Este día se autorizó al alcalde para adquirir la piedra necesaria para el empedrado de las calles. El 19 de agosto el alcalde dejaba a la consideración del ayuntamiento, el cierre del callejón del final de la calle de las Tenerías, por considerarlo depósito de inmundicias y foco de infección. Chueca propuso contar antes con el beneplácito de los vecinos, como así se acordó.
El 7 de octubre el alcalde señaló que se había expropiado parte de un terreno de la calle de la Parra, para ensanche de la vía, por valor de 100 pesetas.
El 5 de mayo de 1909 se informó del comienzo de las obras en el hospital municipal y en el postigo de las Tenerías. Estas últimas habían sido adjudicadas a Francisco y Mariano Paesa. El 21 de julio se aprobaba el pago a Juan García de 100,10 pesetas, por dos verjas para el postigo de las Tenerías.
El 5 de agosto el alcalde estimó que, debido al peligro constante del barranco de la Rúa y para seguridad pública en la parte de la Plaza del Fuerte, sería conveniente elevar el pretil que existía entonces. La corporación autorizó a la Comisión de Obras para esta mejora. En esta misma sesión, Mochales pidió al presidente que se dirigiera al diputado Maura, para que activara el replanteo del 2º trozo de la carretera a Campillo. Juan Blas le prometió hacerlo, cuando fueran inauguradas las obras del 1º trozo. Este nuevo encargo a Maura, lo hizo saber Juan Blas al pleno en la sesión del 4 de noviembre.
El 12 de agosto, ya próximas las fiestas de San Roque, se acordaría el blanqueo de la Casa Consistorial, donde se señalaría un cuadro para la colocación de los anuncios.
El Boletín Oficial del 14 de noviembre publicaba que la Dirección General de Obras Públicas, sacaba a subasta las obras del primer trozo de la carretera Calatayud-Cariñena, bajo el tipo de 143 301 pesetas.
En la sesión del 13 de enero de 1909 se vio un despacho de la Jefatura de Obras Públicas de Zaragoza, declarando necesaria la ocupación de terrenos, para la construcción del primer trozo de la carretera de tercer orden de Calatayud a Campillo, por Munébrega. Por ello se requería que, antes de ocho días, los interesados designaran a un perito, para que les representara en la tasación de las fincas que iban a ser expropiadas.
En la celebrada el 10 de febrero se denunciaron varios edificios en estado ruinoso, acordando dar aviso a sus dueños, para llevar a cabo las obras necesarias. En caso contrario, se harían a su cargo. Moor se congratulaba por esta decisión, pues con ello se daba trabajo a los jornaleros, entonces escaso por el cierre de la azucarera. Defendía, igualmente, dar impulso a otras obras, como el ensanche del postigo de las Tenerías. El presidente añadió que para estas obras del postigo, era necesario esperar al corte de las acequias. El 13 de marzo el presidente señaló que se había anunciado el concurso, para el ensanche del postigo de las Tenerías, con un aumento de 500 pesetas al tipo que se había fijado el año anterior, para remediar la crisis obrera. El 17 de marzo, Simón Badesa pedía autorización para la construcción de unas casas, sobre el solar de otras demolidas, propiedad de Carlos Ram de Viu.
El 7 de abril el secretario leyó una carta del diputado Luis Bascones, a la que acompañaba otra del ingeniero jefe de Obras Públicas de Zaragoza, dando cuenta de los trabajos de replanteo del 2º trozo de la carretera de Calatayud a Campillo.
El 28 de abril el alcalde informó que había pedido un catálogo de fuentes metálicas, para colocar una en el llamado Puente Seco. Por la colocación de esta fuente, Enrique Collado cobró 22 pesetas. El 5 de mayo se puso en conocimiento, que habían dado comienzo las obras en el hospital municipal y en el postigo de las Tenerías.
En esta misma sesión del 5 de mayo, Mochales se quejaba por el polvo que se levantaba en la carretera de Madrid. Por eso pedía que, de acuerdo con el sobrestante de Obras Públicas, se regara la carretera desde la Puerta de Terrer hasta el convento de las capuchinas. Por iniciativa de Aguilar, se acordó solicitar a la Dirección de Obras Públicas la inclusión de la travesía, en el plan de carreteras que se proponían embrear.
En la celebrada el 12 de mayo se recordaba al alcalde que, en caso de avenida del barranco de la Rúa, debían colocarse unas pasarelas que se guardaban en el almacén del hospital.
En la sesión del 26 de mayo se leyó un oficio del alcalde de Belmonte, en el que invitaba al ayuntamiento a la inauguración oficial de las obras de la carretera de Calatayud a Cariñena. Se acordó que el presidente nombrara a una comisión para representarlo. Asistieron a este acto el alcalde, Mochales y el secretario.
El 28 de julio, Mochales pidió que los jardineros municipales y los peones camineros regaran la carretera de Zaragoza, desde la Puerta de Alcántara hasta el portazgo de San Lázaro. El alcalde señaló que atendería esta petición. En esta misma sesión se informó a los concejales, de unos altercados que habían tenido lugar en la fuente de San Juan el Viejo, debido a la escasez de agua. El alcalde señaló que ordenaría la vigilancia de esta fuente y pediría que se aforara diariamente el agua que proporcionaba la empresa. El 18 de agosto el alcalde informó, que la escasez de agua en esta fuente la causaba el tubo de conducción, que no era el adecuado. Por esta razón, la empresa de aguas potables suministraba mayor cantidad a la fuente del Puente Seco. Por ello se acordó subsanar este problema. En la sesión del 25 de febrero de 1904, se había acordado la colocación de una fuente en la Plaza de San Juan el Viejo para servicio público, a lo que estaba obligado el concesionario de aguas potables, Enrique Bordons.
El 4 de agosto de 1909 Lafuente, en nombre de la Comisión permanente de Paseos e Higiene, entendía que se debían limpiar las calles de la población dos veces a la semana, con una brigada de seis mujeres. También solicitaba que se estudiara el riego de los paseos, como así quedó acordado.
Guerra de África. En la sesión celebrada el 28 de julio de 1909, Lorente propuso auxiliar con 50 céntimos por día a las familias de los reservistas casados de la ciudad, que fueran obligados a ir a la campaña de Melilla, y a los solteros cuyos padres fueran pobres, o se encontraran inhabilitados para trabajar. El presidente aseguró que, hasta la fecha, solo habían sido llamados cuatro reservistas solteros, cuyas familias no necesitaban ser socorridas. La corporación acordó socorrer con 50 céntimos por día a las familias de los reservistas que, en lo sucesivo, se encontraran en las condiciones expuestas por Lorente.
El 11 de agosto Chueca informó que se había presentado un practicante del hospital, ofreciéndose para curar gratis a los soldados heridos que regresaran de Melilla, bajo inspección facultativa. La corporación aceptó el ofrecimiento, agradeciendo el gesto. El 25 de agosto y a iniciativa de Mochales, se acordó asistir con 25 pesetas al soldado Gregorio del Río Giménez, herido en la campaña de Melilla, que estaba ingresado en el hospital de Cabañas, Valencia.
El 15 de septiembre se leyó una carta de la Comisión Provincial de la Cruz Roja de Valencia, en la que solicitaba recursos para atender a los soldados heridos en la campaña de África. Se acordó socorrerla con 25 pesetas, con cargo a los fondos municipales. Igualmente se vio un oficio de la alcaldía de Zaragoza, comunicando la iniciativa de obsequiar a los soldados aragoneses que combatían en África, con motivo de la Patrona de Aragón, pidiendo colaboración del ayuntamiento. Tras el debate, se acordó pedir donativos a los vecinos, corriendo a cargo del ayuntamiento el envío y los portes, aunque también podría contribuir con algún donativo, invitando a los pueblos limítrofes.
El 29 de septiembre López Latorre solicitaba que se telegrafiara a los ministros de Marina y de la Guerra, felicitándoles por el triunfo del ejército español en la toma del monte Gurugú. El alcalde informó que había publicado un bando, para conocimiento de los vecinos, invitándoles a engalanar e iluminar los balcones, solicitando el cierre del comercio y dando orden para que la música recorriese la población, con disparo de cohetes. La corporación acordó aprobar las resoluciones de la alcaldía, haciendo constar la satisfacción por el triunfo del ejército en la guerra del Rif, telegrafiando al comandante general del ejército de operaciones.
El 6 de octubre se vio una comunicación, en la que la Cruz Roja de Valencia acusaba el recibo de 25 pesetas, agradeciendo el gesto del ayuntamiento. También, y a propuesta del alcalde, se acordó socorrer con 50 céntimos por día a la esposa de Antonio Pinilla Rubio, que acababa de incorporarse a filas. Asimismo se acordó agradecer el gesto de la Junta de Damas, que había tomado a su cargo la recaudación vecinal, para socorro de las víctimas de la campaña del Rif, y habían entregado al ayuntamiento el producto de la colecta, con el fin de obsequiar a los soldados aragoneses. Se leyó además una carta del alcalde de Zaragoza, agradeciendo a la corporación y a Enrique Ena sus respectivos donativos de bizcochos. Juan Blas añadió que había saludado en la estación de tren a la Comisión del Ayuntamiento de Zaragoza que, presidida por su alcalde, se dirigía a Melilla, para entregar a los soldados aragoneses los obsequios de la región. El alcalde Iranzo le había dado las gracias por los regalos. El 10 de noviembre se leyó una carta del Ayuntamiento de Zaragoza, agradeciendo el obsequio para los soldados aragoneses.
El 9 de diciembre el ayuntamiento acordó entregar 5 pesetas a los reservistas que regresaran a la ciudad.
Agricultura y comercio. En la sesión del 28 de octubre de 1908, se informó que varios vecinos y colonos pedían el establecimiento de una guardería rural. Para estudiar el asunto se acordó nombrar una comisión, compuesta por Aguilar, Bermúdez y Lafuente, que estudiaría las bases para su organización. El dictamen de la comisión se conoció en la sesión del 18 de noviembre. La comisión defendía que se negociara su implantación en todo el término municipal con la Comisión de Vegas.
El 11 de noviembre Aguilar comentó que, desde hacía algún tiempo, se notaba una honda crisis en la población, que se dejaba sentir en el comercio local. Lo achacaba a la filoxera y al elevado pago de impuestos al Tesoro y a la provincia, a lo que se estaba obligado por el censo de población. Por ello Aguilar pedía que se solicitara la rebaja del censo de habitantes, como así se acordó. El 18 de noviembre Aguilar señaló que, a causa de la filoxera, se habían dictado disposiciones para la exención del pago de la contribución territorial de los pueblos perjudicados. Añadía que, aunque los viñedos de la ciudad estaban atacados por esta grave enfermedad, los vecinos no podían disfrutar de estos beneficios, porque no se había hecho aún la declaración oficial por el ayuntamiento. Por tanto pedía a la corporación que incoara el oportuno expediente, quedando así acordado. El 18 de noviembre se informó que se había incoado un expediente, para que se acordara la baja de la contribución industrial, que iba a ser enviado a la Delegación de Hacienda de Zaragoza.
El 3 de febrero de 1909 y a propuesta de Mochales, el ayuntamiento acordó su adhesión a la Federación Agraria Aragonesa, que se había constituido el día anterior en Zaragoza.
El 11 de agosto Bermúdez pidió el nombramiento de una comisión, para que estudiara otra forma tributaria del impuesto de consumos. Para este fin se acordó citar a una reunión a la Junta de Asociados, para estudiar y proponer la variación del cobro de este impuesto.
Enseñanza. En la sesión del 17 de octubre de 1908, Bermúdez pidió que se gestionase con los hermanos maristas la renuncia voluntaria a una parte de las 1500 pesetas, que recibían cada año de subvención por el colegio, para dedicarlas a pensiones de lactancia y a otras obligaciones análogas. Juan Blas señaló que no afectaba aquello al presupuesto municipal, al que se habían añadido dos pensiones de lactancia. Lafuente recordó las gestiones llevadas a cabo, para la instalación del colegio de maristas en la ciudad y consignó los beneficios reportados a la enseñanza y a la población. Pensaba que no valía la pena molestar a los maristas, mientras se mantuviera el contrato. Por su parte el alcalde añadió que, en vez de discutir el donativo, podía solicitarse a los maristas la creación de una clase nocturna y gratuita de Dibujo Lineal para los artesanos. Proponía a la corporación que se le autorizara para solicitar esta clase gratuita de dibujo, dejando a su criterio lo referente al donativo. Y así quedó acordado.
En la sesión siguiente del 14 de octubre, el alcalde dio cuenta de su visita al colegio de maristas. El director del centro le había confiado, que había consultado con sus superiores la instalación de la clase de Dibujo y la renuncia de parte del donativo. Tan pronto como recibiera contestación, lo transmitiría a la presidencia. El 4 de noviembre el alcalde trasladó la respuesta de los hermanos maristas. Estaban dispuestos a rebajar 250 pesetas de la subvención que recibían, o a instalar en el colegio una clase gratuita de Dibujo. El alcalde era partidario de aceptar el donativo, pues Eduardo Vidal se había comprometido a dar enseñanza gratuita a veinte alumnos, estableciendo una academia de Dibujo para artesanos pobres. El ayuntamiento se debía hacer cargo del pago de la luz y del material. La corporación así lo acordó, autorizando al alcalde para gestionar con Vidal la puesta en marcha de esta academia, en las condiciones más ventajosas para el ayuntamiento.
El 18 de noviembre se informó que la Junta Local de primera enseñanza, había acordado en su reunión proponer la supresión de la escuela superior, con la rebaja del sueldo de los maestros, y la creación de dos escuelas elementales, una de niños y otra de niñas, con arreglo al censo de la población.
El 14 de julio de 1909 el concejal López Ruiz, con la venia de la presidencia, señaló que iba a pronunciar un discurso político-administrativo. El alcalde le contestó que, siendo los ayuntamientos corporaciones económico-administrativas, no le permitiría que se ocupara de asuntos políticos. López Ruiz no estaba de acuerdo con la presidencia y aseguró que la administración municipal era honrada pero ruinosa. Calificaba de regalo la subvención de 1500 pesetas a los hermanos maristas, ya que el contrato carecía de valor legal, pues había sido firmado por un extranjero sin personalidad para contratar. López Ruiz señaló otros regalos que se hacían a ex empleados enfermos, censurando el procedimiento seguido en las obras municipales, en las que trabajaban obreros ineptos, que habían sido recomendados por algunos concejales. También denunció los abusos cometidos en el hospital municipal, las obras llevadas a cabo en este edificio y la dejación de una denuncia presentada por falta de efectos en el almacén municipal. Solicitaba abrir información para depurar responsabilidades.
López Ruiz consideraba ruinoso el procedimiento para la exacción del impuesto de consumos, pidiendo que se adoptara otro medio de recaudación, proponiendo el arriendo por especies. Bermúdez se mostró a favor del nombramiento de una comisión, para que investigara la denuncia y depurara responsabilidades. Floría consideraba que la subvención a los maristas no era un regalo, pues se trataba de un contrato bilateral ajustado a la realidad. Afirmó que para la obras del hospital ya se había nombrado a una comisión, que no había encontrado nada ilegal. Para esclarecer las denuncias se acordó nombrar a una comisión especial, que estaría compuesta por López Ruiz, Bermúdez, Chueca, Ballesteros y Lafuente.
El 28 de julio se consignó un ingreso de 250 pesetas para el hospital, de parte de los hermanos maristas.
El 25 de agosto Mediano se interesaba por la academia gratuita de Dibujo para la clase obrera, pues no se había cumplido el acuerdo de noviembre pasado. El presidente contestó que su promotor, Eduardo Vidal, había tratado de instalarla en un local que disponía a propósito, pero al poco tiempo se había trasladado a otro domicilio, que no reunía las debidas condiciones para la academia. La corporación acordó que la Comisión de Instrucción gestionase con Vidal la puesta en marcha de esta academia. Bermúdez, como presidente de la Comisión de Instrucción, informó en la sesión del 29 de septiembre, que en la reunión con Vidal habían surgido algunas dificultades sobre el local. Vidal pretendía que el ayuntamiento le facilitara el material y el menaje necesarios. Por todo ello se acordó que la comisión estudiara y propusiera lo más conveniente.
El 3 de noviembre se vio un oficio de la Junta de Gobierno del Hospital de San Juan de los Labradores, reclamando el pago de 481,25 pesetas por los alquileres de la escuela municipal, que había estado instalada hasta 1897 en la sala de juntas de aquella institución benéfica o, en su defecto, la entrega de papel de Deuda Municipal. El 10 de noviembre la Comisión de Hacienda, vistos los antecedentes en el archivo municipal, dictaminaba abonar al Hospital de San Juan la cantidad reclamada, debiendo entregarle una lámina de Deuda Municipal de 500 pesetas, con vencimiento el 1 de abril de 1910, ingresando en la caja municipal 18,75 pesetas.
En la sesión del 3 de noviembre Floría quiso conocer la razón, por la que se había suprimido la subvención al colegio de los maristas del presupuesto para el año 1910. Bermúdez señaló que era innecesaria, dada la halagüeña situación económica de los maristas y el precario estado del ayuntamiento, además, no se habían cumplido las condiciones estipuladas en el contrato. Floría se mostró en contra y por once votos contra tres, quedó acordado eliminar la partida de 1500 pesetas de subvención a los maristas. El presupuesto para el año 1910 sería aprobado con el voto unánime de los concejales.
El 10 de noviembre Marco señaló que el contrato con los maristas no podía rescindirse, sin el consentimiento de ambas partes, exigiendo que los firmantes asumieran de su propio bolsillo los gastos de un posible pleito. El alcalde pidió a Marco que retirara su proposición. Según su opinión, el ayuntamiento había obrado dentro de sus atribuciones, pues el hecho de haber eliminado del presupuesto esta partida, no implicaba la rescisión del contrato, pues los maristas disfrutaban del material perteneciente al ayuntamiento. Con esta explicación, Marco retiró su proposición.
En la sesión del 9 de diciembre, el provincial de los hermanos maristas presentó una instancia dirigida a la alcaldía, acompañada de un recurso de alzada para el gobernador civil, contra el acuerdo de la Junta Municipal, que había suprimido del presupuesto ordinario de 1910 la partida de 1500 pesetas de subvención, que venía figurando en años anteriores. La corporación acordó que se elevara a la superioridad.
Vida social. El 12 de agosto de 1908, la Comisión de Mercados dictaminaba la conveniencia del traslado a otro punto preferente de la ciudad, de la barraca de venta de buñuelos, que tenía abierta Sebastián Raimundo Tejero en la Plaza de San Martín. Señalaba que no debía autorizarse su elaboración en la vía pública, excepto los días extraordinarios de verbena.
Este mismo día se aprobaron los pagos de 30 pesetas a La Editorial, por diez ejemplares de la Historia popular de los Sitios, y 5 pesetas a José González, por un cuadro grande del Centenario de los Sitios. Asimismo, Juan Blas informó de la actitud de los médicos de la Beneficencia municipal, que se negaban a prestar servicios facultativos gratuitamente, en la corrida de vaquillas del día de San Roque. Mochales opinaba que se les debía obligar a prestar este servicio, como en años anteriores, acordando que el alcalde quedase autorizado para solucionar este asunto.
Juan Blas señaló que no eran ciertos los rumores que circulaban por la población, pues las reses que se sacrificaban en el matadero no eran de Terrer, donde había aparecido la epidemia varilosa, sino de Valtorres, aunque las reses eran inspeccionados antes de su consumo.
Lafuente pidió que se cumpliera el acuerdo adoptado hace unos años, de cambiar el nombre de la calle de la Bodeguilla por el de Víctor Balaguer. La propuesta del cambio del rótulo había partido del mismo concejal, el 17 de enero de 1901, tras el fallecimiento en Madrid el 14 de enero, del político, escritor, fundador de la Biblioteca Museo en Vilanova i la Geltrú y presidente de los Juegos florales de Calatayud en 1896. Lafuente también propuso que, para hacer frente a los gastos que se ocasionaran con el nombramiento de Hijo Adoptivo de la ciudad de Gabriel Maura, se abriera una suscripción popular. La corporación acordó autorizar a Lafuente y al alcalde para estudiar esta proposición y proponer al ayuntamiento lo más conveniente.
El 12 de septiembre Aguilar tributó elogios a Juan Blas, por el brillante discurso que había pronunciado, con motivo de la inauguración de la Galería de retratos de bilbilitanos ilustres. Aguilar solicitaba su publicación por cuenta del ayuntamiento, llevando a cabo una elevada tirada en edición económica, para que pudiera ser repartido con profusión. Esta propuesta fue acordada por unanimidad. La edición de este discurso salió de las prensas de El Regional. El Ayuntamiento de Calatayud lo reeditó en 2014, en edición facsímil, gracias a la donación de Luis Carlos de Blas Pérez.
Juan Blas agradeció el acuerdo tomado, proponiendo que los gastos de la edición se costeasen con el fondo de festejos, como así quedó otorgado. También se informó que en el tren de aquella misma tarde iba a llegar a la ciudad el gobernador civil, teniendo lugar al día siguiente un banquete en la Casa Consistorial.
El 16 de septiembre se leyó una circular de la Comisión Ejecutiva de la Fiesta Escolar, que iba a tener lugar en Zaragoza, para conmemorar el Centenario de los Sitios, en la que se solicitaba el apoyo del ayuntamiento, para que costeara los gastos del viaje de los maestros y los niños, que iban a tomar parte en este concurso. Pero la corporación se excusó, adoptando la misma forma que había empleado la Comisión Ejecutiva del Centenario de los Sitios, cuando había sido invitada a los actos patrióticos y conmemorativos, con motivo de las fiestas y ferias celebradas en Calatayud.
El 23 de septiembre el alcalde señaló que, terminado el periodo de festejos con la clausura de la tómbola, solo quedaba proceder al sorteo del regalo de Gabriel Maura, que tendría lugar tan pronto como se plegaran las papeletas correspondientes, acudiendo una comisión de concejales, presidida por el alcalde.
El 2 de diciembre se comunicó que había sido denegada la Real Orden del 19 de febrero de 1906, que autorizaba el establecimiento del mercado dominical, determinando la Ley de Descanso Dominical, que había sido aprobada en 1904. En aquellas fechas funcionaba en Calatayud un mercado dominical, donde acudían un bueno número de forasteros. Por esta razón, Lafuente proponía y así quedó acordado, la creación oficial de este mercado. La exposición dirigida al Ministerio de la Gobernación, se leería en la sesión del 20 de enero de 1909. En ella se pedía que se reconociera oficialmente, la existencia de este mercado semanal las mañanas de los domingos. El presidente sometió a consideración del ayuntamiento, la conveniencia de enviar a Madrid una comisión, para que presentara este expediente del mercado dominical y para que gestionara el replanteo del 2º trozo de la carretera de Calatayud a Campillo, la desviación de la carretera de Soria y otros asuntos en trámite. Para ello se nombró al alcalde y al secretario.
El 23 de diciembre de 1908, el alcalde informó que había recibido del gobernador civil una circular, recomendando la celebración de la fiesta escolar de Reyes. Se acordó que el ayuntamiento patrocinara esta fiesta, iniciando una suscripción popular para obsequiar a los niños pobres el día de Reyes, que encabezaría con 50 pesetas.
La imprenta de El Regional publicó el discurso de Juan Blas, que pronunció en la fiesta escolar de Reyes, que tendría lugar en la Casa Consistorial el 6 de enero de 1909. En este volumen se incluyeron otros discursos de Juan Blas, como el pronunciado en la Fiesta de la Patria, el 10 de septiembre de 1908, en la Fiesta del Árbol, en el último día de invierno de aquel mismo año, y otro titulado La Escuela.
El 20 de enero de 1909, Lafuente manifestó que el cirujano y catedrático Luis Guedea, había sido nombrado académico de la de Medicina de Madrid. Propuso que constara en acta la satisfacción de la corporación por esta merecida distinción, con el envío de una felicitación. A instancia de Juan Blas, se acordó solicitar al Ministerio de Fomento una nueva subvención para la Fiesta del Árbol.
El 7 de abril, un oficio de la subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, anunciaba la concesión de una colección escogida con destino a la Biblioteca Municipal. La corporación acordó dar las gracias y designar a una persona para que recogiera estos libros.
El 19 de mayo Mochales rogó al presidente que ordenara a la empresa del teatro la colocación de carteles en la sala, prohibiendo fumar en la misma, y que los agentes municipales mantuvieran el orden en las localidades altas del teatro, evitando los frecuentes alborotos, con menoscabo de la cultura. Igualmente, solicitó que se recomendara a los profesores de las escuelas públicas, que inculcaran a los niños el respeto a los árboles y a los pájaros. El alcalde prometió atender los ruegos de Mochales.
El 9 de junio López Latorre consignó los perjuicios que podía acarrear a la salud pública, la mala calidad del hielo que se consumía en la población, procedente la mayor parte de aguas infectas de la provincia de Soria, por no haber nevado el pasado invierno. Proponía que el ayuntamiento subvencionara con alguna cantidad a un industrial, que se comprometiera a proporcionar hielo artificial de buena procedencia para los enfermos. Chueca señaló que uno de los industriales de la ciudad proveía de hielo artificial, de la fábrica de Zaragoza de excelente calidad, con el que podía atenderse a las necesidades sanitarias. Tras el debate, se acordó que la corporación no interviniera en este asunto, ya que se disponía de hielo en buenas condiciones para el consumo.
El 23 de junio Bermúdez rogó al presidente que evitara la permanencia constante de los gitanos en la población, pues su estancia perjudicaba al vecindario, tanto por razones de higiene, como por amenaza a la propiedad.
El 11 de agosto se acordó que los feriantes y otros puestos de venta se distribuyeran en la Plaza del Mercado, mientras que la vajilla y las bancadas de melones se vendieran en la Plaza de San Antón. El 25 de agosto se vio la petición de varios vecinos de la calle de Sancho y Gil, solicitando que, en fiestas, no se permitiera que se establecieran en esta calle vendedores ambulantes, puestos de rifa y otras industrias, que interrumpían el tránsito y perjudicaban a los comerciantes de esta calle. Así lo acordó la corporación, añadiendo que las garitas, vajillas y demás puestos de feriantes, se colocaran en la Plaza de San Antón y los espectáculos públicos en la Plaza de Maura.
El 24 de noviembre y a iniciativa de Gaspar, se acordó invitar al catedrático de la Escuela de Veterinaria, Demetrio Galán, para que hablara de agricultura y ganadería. El 1 de diciembre se leyó una carta de Galán, contestando a otra del ayuntamiento, participando que los días 7 y 8 de aquel mes, ofrecería dos conferencias en la Casa Consistorial, dedicadas a la Elección de reproductores y métodos de reproducción en ganadería y a la Alimentación racional de los ganados. El presidente señaló que se iban a dirigir invitaciones a las autoridades y personas más significativas de la población, y de los pueblos de la comarca. Se designó a Castro y a Gaspar, para que recibieran a Demetrio Galán en la estación, a quien el ayuntamiento invitaría cumplidamente. Por su parte, Bermúdez propuso que se solicitara al Ministerio de Fomento la instalación en la ciudad de una sección forestal, para la repoblación de los montes comunales. El alcalde se mostró conforme, añadiendo que ya se había ocupado del asunto con el ingeniero de montes, José Lillo, quedando aprobado por unanimidad lo propuesto por Bermúdez. El 9 de diciembre, el alcalde informó que se había dirigido una exposición al Ministerio de Fomento, para que se instalara en Calatayud una sección forestal, para la repoblación de los montes comunes.
En esta misma sesión, Chueca propuso felicitar a Sixto Celorrio, por su nombramiento como presidente de la Diputación Provincial. La felicitación le fue enviada y el 15 de diciembre se leyó la contestación de Sixto Celorrio, ofreciéndose en su nuevo cargo.
Documentos consultados:
Archivo Municipal de Calatayud (AMC), Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1904, Sig. 146-2.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1908, Sig. 147.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1909, Sig. 148.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, 1910, Sig. 149.
Juan Blas y Ubide, alcalde y escritor bilbilitano (1852-1923), Ayuntamiento de Calatayud, 2014.